Juan Villoro vuelve a escribir sobre futbol con una recopilación bastante extensa y exquisita de ensayos. En “Balón dividido”, Villoro trata algunos temas del futbol actual con su peculiar estilo ácido y desenfadado, pero al mismo tiempo es bastante profundo en su análisis y sus temas. Utiliza la literatura para enaltecer al futbol y hacer mucho más amenos sus ensayos futbolísticos. Como él asegura: La realidad mejora por escrito.
El libro está construido en su mayoría por ensayos, algunos más largos que otros, en los que se habla de un tema determinado y se analizan sus causas y repercusiones. El autor apoya sus textos analíticos en citas literarias, de psicoanálisis, de ex futbolistas y varias frases pertenecientes a la cultura popular. Es fiel a su estilo y crea varios axiomas a lo largo de sus ensayos, utilizando los hechos y las citas como carretera para llegar a la conclusión que él desea.
Se enfoca sobre todo a personas del futbol, ya sean futbolistas, directores técnicos, cronistas, directores deportivos o la fusión de varios. Hace un recuento de los momentos más importantes de tales figuras, además de tomar en cuenta sus problemas y virtudes personales. Todo eso en conjunto lleva a la conclusión definitiva que todos conocemos: Javier Aguirre fracasó, Ronaldinho nunca pudo superar a Ronaldo y su magia terminó por no ser suficiente, Maradona cayó, El Barcelona marcó época, por tal motivo Martín Palermo falló (y cobró) tres penales, por eso Hugo no es visto como un ídolo en muchos hogares, por eso este arquero tan bueno terminó aventándose a las vías del tren.
También hace observaciones sobre la afición. En el ensayo más largo, que es el primero, analiza la profunda conexión del aficionado mexicano con la derrota, y cómo nos hemos acostumbrado a perder sin que eso signifique que seamos conformistas, simplemente somos una cultura que sabe que la derrota siempre es posible y que lo más importante es divertirse. Habla de la infancia que es el futbol, de la forma en que conecta familias y a veces permite pequeños, escasos lapsos de gloria, tan escasos como efímeros.
Incluso se encuentran fragmentos de entrevistas que hizo a futbolistas, entrenadores y escritores, plasma sus opiniones sobre los 10 mejores 10 que ha visto jugar y cierra con algunas historias personales.
Villorista desde la cuna
El libro está muy bien escrito y construido con la maestría de quien sabe que el futbol no sólo se juega en la cancha, también se juega en el papel. Incluso en los momentos que le gana la afición y escribe con la playera puesta (Diatriba a Cristiano Ronaldo y “Abrochense los cinturones”: El Barça de Guardiola) tiene grandes reflexiones y habla con sentido y apoyando sus posturas en opiniones válidas. Aunque obviamente hace trampa, como buen autor, para vendernos la idea que el quiere que tengamos. Incluso tiene por ahí algunos errores (En el primer ensayo dice que la chilena mágica contra Panamá la hizo Raúl Gutiérrez y no Raúl Jiménez) que se perdonan por lo ameno y bien escrito que están todos los ensayos.
Compra obligada para cualquier amante del futbol, es apto para todo público, los ensayos son tan diversos y tan buenos que alguno le debe de parecer interesante y valioso hasta al más inclemente crítico. Tiene decenas de frases para enmarcar y axiomas que se aplican al futbol y a muchos ámbitos. Villoro en ningún momento pierde el ritmo de olo que va diciendo. Son ensayos tan líricos que a veces parecen narrativas puras en lugar de textos que buscan analizar, exponer y concluir con un punto. Se nota un avance desde “Dios es Redondo” en la técnica del autor para narrar y para argumentar, además de que ahora abarca más temas. Es un libro ganador, quizá la mejor obra de Villoro hasta el momento.
En el último año es de los mejores libros que se han editado en español. Destaco entre todos los ensayos: Robert Enke: El último hombre muere primero. Formas excesivas de los goles. Ronaldinho: un gigante en diminutivo. El suicidio de Dios. Perder es cuestión de método.
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