Bajo estruendosos gritos de desaprobación,Blatter declaró que la FIFA y los aficionados "están todos unidos para una fiesta del fútbol en el país pentacampeón" y expresó su "placer" por darle la "bienvenida" al estadio a "las autoridades brasileñas y a la presidenta Dilma Rousseff".
El abucheo no cesaba y el timonel del organismo rector del fútbol increpó al público: "Amigos brasileños, ¿dónde está el respeto al fair play?", tras lo cual pasó la palabra a Rousseff, quien no disimulaba su malestar.
"Declaro oficialmente abierta la Copa de las Confederaciones 2013", dijo solamente la presidenta, con el disgusto estampado en el rostro.
Tras esas breves palabras, los himnos de ambos países silenciaron las protestas, con ambos equipos ya en campo.
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