Mientras que la FIFA se debate sobre la posibilidad de trasladar al invierno el Mundial de fútbol de 2022, su sede, el emirato de Catar, se ha mostrado comprometido para organizarlo en todas las circunstancias y avanza en la construcción de los estadios del torneo.
Las duras críticas que ha recibido en los últimos meses el emirato por las condiciones de trabajo de los obreros extranjeros que construyen las infraestructuras de Catar 2022 han hecho que todo quede en un segundo plano. Pero la organización del torneo ha anunciado que en 2014 se iniciará una nueva fase de preparación del mismo.
Los trabajos en el estadio Al Wakrah, a unos 20 kilómetros de Doha, comenzarán dentro de algunas semanas. Su diseño, que fue presentado a mediados de noviembre, está inspirado en los 'dhows', los barcos tradicionales catarís. Según el comité organizador, otros cinco estadios "están en la última etapa del proceso de diseño" y próximamente deberán comenzar a construirse. "Estamos todavía, en la mayor parte de los estadios, en el momento de pensar dónde será su emplazamiento exacto", señaló en octubre una fuente cercana a la organización del torneo.
El año 2014 será en el que se pongan en marchar los trabajos, pero también en el que se decida en qué fechas se disputa el Mundial. La FIFA anunció en octubre una consulta sobre este controvertido tema que incluirá "a todas las partes concernientes" (jugadores, clubes, competiciones, federaciones, patrocinadores, televisiones...). La decisión definitiva no será anunciada hasta diciembre.
Mientras tanto, Catar, donde las temperaturas pueden superar los 50 grados en verano, ha dejado claro que la decisión final está en manos de la federación internacional. "Hemos dicho siempre que podemos organizar el Mundial en verano. Pero si el mundo del fútbol y la FIFA quieren que sea en invierno, nosotros estaremos contentos y preparados. Si quieren en verano, estaremos preparados también", declaró Hassan Al Thawadi, secretario general del comité organizador, durante el fórum Doha Goals, a principios de diciembre.
La construcción de estadios climatizados, en los que la temperatura se mantiene siempre entre los 26 y los 28 grados, es el argumento tecnológico que los catarís han utilizado desde el principio para defender su proyecto. "La climatización se hará de todas las maneras, en los estadios y en los campos de entrenamiento", explicó una fuente del comité organizador. "Es un desafío tecnológico. La idea es ayudar a los clubes locales a mejorar su trabajo en el momento de la fase final de la Liga de Campeones de Asia, de mayo a noviembre", continuó. "Climatizar no es difícil, el verdadero desafío es consumir el mínimo de energía posible. Hay que reflexionar sobre cuestiones acerca de la sombra y la luz, los horarios de los partidos y demás", añadió.
De hecho, trasladar el Mundial del verano, su fecha tradicional, al invierno parece una preocupación mayor para la FIFA que para Catar. Las federaciones de los deportes de invierno ya se han manifestado en contra. "La FIFA no tiene necesidad de consultarnos, pero está claro. Queremos que el Mundial finalice como muy tarde a finales de noviembre", dijo Anders Besseberg, presidente de la federación internacional de biatlón.
Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, que no se manifestó hasta hace unos meses cuando se decantó por el invierno, opta por que el torneo se juegue entre noviembre y diciembre, y no en enero y febrero, cuando coincidiría con los Juegos Olímpicos de Invierno 2022.
Además, habrá que llegar a un acuerdo con las televisiones, sobre todo las americanas, y los patrocinadores. Fox y NBC, que emiten la NFL -fútbol americano- en ese periodo, no están a favor de cambiar de fecha el Mundial de fútbol. Otras podrían aprovechar esta circunstancia y presentar su candidatura, como es el caso de Bein Sports América, filial de Al Jazeera, una cadena catarí.
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