Rusia sigue preparándose para el Mundial de fútbol de 2018. Pero no son días fáciles para los organizadores, que ven como, cada vez más, crecen las protestas y los pedidos de sanciones económicas y políticas contra el gobierno del presidente Vladimir Putin.
Sobre todo, una idea: boicotear la Copa del Mundo.
Rusia fue elegida sede de la Copa del Mundo el 2 de diciembre de 2010 por el Comité Ejecutivo de la FIFA. Han pasado cuatro años desde aquella fecha y hoy la Federación es el centro de las críticas mundiales por la anexión de Crimea y por haber apoyado a grupos separatistas en Ucrania, quienes habrían derribado el avión de Malaysian Airlines, con cerca de 300 personas a bordo (el pasado 17 de julio).
El gobierno ruso confirmó 12 estadios en 11 ciudades: Ekaterimburgo, Kaliningrado, Kazán, Krasnodar, Moscú, Nizhni Nóvgorod, Rostov del Don, San Petersburgo, Samara, Sochi, Volgogrado y Saransk, las cuales albergarían los 64 partidos de la Copa Mundial.
Luego del incidente del avión, la Unión Europea (UE) impuso, el pasado 29 de julio, un paquete de serias sanciones económicas y de defensa contra Rusia, según explica el periodista Leonardo Boix, en una nota publicada en Proceso, de México.
Con esas sanciones, "la UE limitó el acceso a los mercados de capital de los bancos estatales de Rusia, imponiendo un embargo sobre la venta de armas y restringiendo el comercio de tecnologías, con aplicaciones tanto civiles como militares", agrega Boix.
Desde Londres
En Inglaterra, la cosa subió de tono. El viceprimer ministro británico y jefe de los Liberales Democráticos, Nick Clegg, se sumó a un pedido hecho por un grupo de parlamentarios alemanes: retirarle a Rusia el derecho a ser sede del Mundial 2018.
Clegg le dijo al diario The Sunday Times (el 27 de julio) que sería “impensable” que Rusia albergue la próxima Copa del Mundo, quedándose con todo el rédito comercial y propagandístico. Se mostró incluso a favor de imponer un paquete de medidas más duras para presionar a Moscú, y consideró que retirarle el derecho a albergar el Mundial “será una sanción simbólica y política muy potente”.
La idea toma cada vez más fuerza. Este martes, el influeyente Financial Times publicó que la idea de la UE tomó más fuerza todavía y que si la política exterior de Putin no cambia, está en carpeta el boicot.
No sólo eso. También se menciona a la Fórmula Uno, ya que la máxima categoría del automovilismo mundial correrá el Gran Premio de Sochi.
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