Un ramo de
flores, una larga ovación y una derrota por 2-1 ante el Brest marcaron
el debut de la francesa Corinne Diacre como entrenadora del Clermont,
primer equipo profesional que es dirigido por una mujer
Aunque su equipo perdió, Corinne Diacre fue ovacionada en varias ocasiones / AFP
El
estreno de Diacre había monopolizado la atención en los últimos días,
antes del estreno de la Ligue 2 francesa y no era para menos: era la
primera vez que una mujer se sentaba en un banquillo de un equipo
profesional masculino.
El
canal Eurosport, que tiene los derechos de retransmisión de la segunda
división francesa, no se equivocó y decidió dar en directo el encuentro
que enfrentaba a un candidato al ascenso, como el Brest, contra otro
cuyo objetivo es salvar la categoría, como el Clermont, pero que logró
captar la atención por su apuesta por una mujer entrenadora.
Antes
del inicio del encuentro, el debut de la 'entrenadora', como quiere que
le llamen, fue el tema de conversación de muchos de los aficionados que
presenciaron el encuentro, siempre desde una sana curiosidad.
"¿Una
mujer entrenadora? Por qué no. Tienen cada vez más responsabilidades en
todos los oficios", argumentó Henri, un jubilado de 67 años y
aficionado del Stade Brestois, donde acude al estadio con regularidad
desde hace 45 años.
"Además, estoy seguro que saben manejar mejor a los jugadores; son más psicólogas", añadió.
"Lo
que yo encuentro extraño es que no haya habido ninguna mujer
entrenadora antes", dijo por su parte Baptiste, un niño de 12 años con
la bufanda rojiblanca, los colores del Brest, en el cuello.
Para
él, la presencia de mujeres en el fútbol daría una imagen menos
machista de este deporte y los partidos serían "menos violentos".
La
más escéptica, curiosamente, era otra mujer, Lulu, jubilada de 69 años y
abonada al Brest desde hace cuatro: "Puede funcionar, pero hace falta
que ella demuestre que vale".
El
equipo anfitrión ha querido sumarse al homenaje a Diacre y su homólogo
del Brest, Alex Dupont, le ofreció un enorme ramo de flores antes del
inicio del encuentro, aprovechando también que la entrenadora cumplía
este lunes 40 años.
El
público se puso en pie para ovacionar a Diacre, quien para la ocasión
vistió de manera muy sobria, con un pantalón y una chaqueta azul sobre
una blusa beige.
Ser juzgada por los resultados
Durante
el partido, la DT se ha mostrado poco expresiva y ni siquiera reaccionó
de manera desmesurada cuando su equipo se adelantó en el marcador en el
minuto 8 del partido, marcado por el burkinés Souleymane Sawadogo.
Se conformó con chocar la mano de su fisioterapeuta, también una mujer, y con algunos de sus jugadores.
La
exjugadora de las Bleus, 121 veces internacional con Francia, aprovechó
también algunos parones en el juego para acercarse a la banda y dar
consignas a sus jugadores.
En
el segundo periodo, Bruno Grougi (51, de penal) Alexandre Alphonse (67)
se dejaron de homenajes y dieron la vuelta al marcador.
Pese
a la derrota, Diacre apreciará que su debut haya pasado ya y de que
decaiga el interés mediático que ha rodeado a su equipo desde que fue
nombrada.
Al fin y al cabo no quiere que la juzguen por ser mujer, sino como a cualquier otro entrenador, por sus resultados deportivos.
"Nunca
es agradable perder, es evidente. Nos hemos enfrentado a un buen equipo
de Brest que ha jugado bien. Hemos cometido dos errores en los goles
encajados, pero también hemos hecho cosas buenas, lo que es un buen
augurio para el futuro", explicó tras el partido.
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