Brasil no está listo para que un ex futbolista sea su presidente y maneje una economía sumida en la recesión, conduzca una sociedad divida por el juicio político en contra de Dilma Rousseff y le dé credibilidad a la clase política.
“La política es una cosa muy seria y hay que estar muy bien preparado”, advierte Carlos Alberto, futbolista brasileño campeón del mundo en México 1970.
_ ¿Brasil está preparado para ser gobernado por un futbolista como Romário?
—No creo, porque la política es una cosa muy seria y hay que estar muy bien preparado.
—¿Cuál es la importancia del futbol para enfrentar la crisis por la que pasa Brasil?
—Nosotros sabemos separar las cosas. La política es una cosa y el futbol otra. Por ejemplo, salíamos a jugar en 1970, cuando Brasil tenía una dictadura militar.
Carlos Alberto comenzó su carrera en el Fluminense a los 19 años, después se fue a Santos en donde se convirtió en compañero de Pelé. Este hombre era un lateral ofensivo de gran potencia y habilidad.
Su gol más recordado lo anotó contra Italia en la final de la Copa del Mundo de 1970, pues es uno de los mejores goles marcados en la historia de las copas del mundo. Además fue nominado por Pelé para estar entre los 125 futbolistas más famosos en marzo de 2004.
Para estar al frente del poder de un país como Brasil, con 200 millones de habitantes y con muchos problemas políticos, económicos y sociales: “Es necesario estar muy bien preparado para gobernarlo”, expresa el capitán de la selección por más de una década.
Romário, clave en juicio político
Rousseff dejó la presidencia de Brasil por 180 días para enfrentar un juicio político ante supuestos préstamos de bancos públicos a programas del gobierno sin autorización del Congreso, así lo determinó el Senado brasileño la madrugada del 12 de mayo.
Luego de 13 años ininterrumpidos en el poder, la peor pesadilla para el Partido de los Trabajadores se hizo realidad: el Senado aprobó el ‘impeachment’ de la mandataria por 55 votos a favor contra 22, tras una sesión con más de 18 horas de debate.
Romário fue uno de los 21 legisladores que formaron parte de la comisión especial que analizó en la cámara alta el pedido de destitución contra la presidenta.
“Después de todo lo que leí, escuché y comprendí, llegué a la conclusión de que sí, hay indicios de crímenes de responsabilidad cometidos por la presidenta de la República, y votaré por la apertura del proceso de impeachment”, afirmó el ex futbolista y ahora senador.
En 2010, Romário llegó a la Cámara de Diputados por el Partido Socialista Brasileño (PSB). Y se convirtió en 2014 en el candidato a senador más votado en la historia política de Río de Janeiro, con 63.4% de los votos válidos, lo que representa 4.6 millones de sufragios.
Bebeto, que junto con Romário eran la delantera de la selección brasileña que conquistó el Mundial de Estados Unidos 1994, fue también ratificado como diputado regional en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.
El ex arquero Danrlei, campeón con Gremio de Porto Alegre de la Copa Libertadores de 1995, fue el segundo entre los candidatos más votados para diputado federal del estado de Rio Grande do Sul.
El ex delantero Jardel, figura del Porto en los años 90 y campeón junto a Danrlei de la Copa Libertadores de 1995 con Gremio, consiguió en su primera aspiración política un escaño en la Asamblea Legislativa de Rio Grande do Sul.
Por el estado de San Pablo, el mayor colegio electoral del Brasil, están en la Cámara de Diputados el ex presidente del Corinthians, Andrés Sánchez. En el estado de Minas Gerais fue reelegido para un escaño en la Asamblea Legislativa regional el ex arquero de la selección brasileña João Leite.
En la Cámara de Diputados como representante de Río de Janeiro está Deley, ex jugador de Fluminense y de la selección brasileña en los años 80.
—¿El Corinthians de los años de 1980 estaba muy politizado?, se le cuestiona a Carlos Alberto.
—Sí, pero no había nada que lo comprometiera en la política de Brasil.
El Corinthians se convirtió en la década de los 80 en un bastión en contra la dictadura militar brasileña.
“Ganar o perder, pero siempre con democracia” era el mensaje que escrito en una pancarta presentada por los futbolistas brasileños en la final del Campeonato Paulista de 1983, en un tiempo de dictadura militar. El mensaje arrancó los aplausos del estado Pacaembú.
En aquel contexto opresivo surgió un equipo donde todo se decidía en asamblea, donde los jugadores y los aficionados eran militantes, y que durante dos años puso patas arriba el fútbol. Fue el tiempo de la Democracia Corinthians, que tuvo en jugadores como Sócrates, médico de profesión, su mejor representante. Y sí, el Corinthians también ganó aquel partido.
–¿Fue difícil ser el capital de la selección brasileña donde jugaba Pelé?
–Era un honor para mí, yo ya era desde muy joven capitán del equipo de Santos y tenía 23 años cuando inicié a portar el brazalete. Salí bien con la misión de ser capitán.
“La selección de Brasil sigue tenido jugadores buenos teóricamente, pero no con la misma calidad que teníamos antes”, dice el futbolista.
Sin embargo, el equipo brasileño que jugará la Copa América Centenario “no está bien, porque después de la Copa del Mundo no ha conseguido formar un buen cuadro”, expresa.
“Además vamos a jugar sin el mejor futbolista que es Neymar”, quien cada fin de semana es titular con Barcelona. “El futbolista de Barcelona solo jugará los juegos Olímpicos de Río de Janeiro”, aclara Carlos Alberto.
Agrega que Brasil siempre tiene grandes jugadores y por la calidad de sus futbolistas puede ser que se lleve el triunfo en sus partidos de la Copa América.
“Pero los Juegos Olímpicos para Brasil es una cosa muy importante, porque nunca hemos ganado la medalla de oro y hay condiciones para ganarla ante el público”, concluye.
http://www.forbes.com.mx/brasil-no-esta-listo-para-ser-gobernado-por-un-futbolista/
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