La agencia italiana Sportradar acaba de publicar una clasificación de los campeonatos de fútbol más corruptos. Los expertos se apresuraron ya a poner en tela de juicio ese listado y los criterios empleados para confeccionarlo. Lo único que salva su reputación es el hecho que los italianos mismos se pusieron en el segundo lugar.
La agencia Sportradar se empeñó en lograr, en sus cálculos, el máximo de objetividad. Para que el cuadro resultara cabal tomó en cuenta índices no de una, sino de tres temporadas y recurrió a materiales de partidos “extraños”, tomados de medios de difusión. Pero, la agencia trabajó en primer lugar con los datos obtenidos de cuatrocientas casas de apuestas, comparando las previsiones de los encuentros con los resultados finales y sacando conclusiones por si sola. Los expertos no excluyen que los especialistas italianos pudieron en eso perder o añadir unos cuantos partidos pagados. Y es que incluso ahora, para la dirección de una liga de fútbol, el destape del escándalo de un encuentro arreglado es más bien una suerte que el resultado del trabajo sistémico, considera el comentarista deportivo Grigory Tvaltvadze:
—No es del todo simple. Mucho más al nivel de las sensaciones debe existir la comprensión de si la corrupción está presente o no en ese partido, por el grado de entrega de los futbolistas en el juego. Pero, estas son todas nociones abstractas, las que ningún experto ni especialista es dado manejarlas con suma precisión. Se necesitan ciertas cifras, datos, o que sea tomada en consideración la lógica del avance del equipo por la tabla de clasificación del torneo.
Albania es el antihéroe por excelencia de la clasificación de Sportradar, con noventa y siete partidos arreglados. En la nómina figuran, además, Grecia, Estonia, Macedonia, Bulgaria, Moldavia, Lituania y Letonia. Toda una revelación fue, en ella, el sexto lugar de Rusia y el segundo de Italia, y el que se encontraran tan próximos. El campeonato de fútbol de Rusia es bastante joven, con sus problemas y sus métodos de lucha. Próximamente será presentado a la cámara de diputados, para su debate, un proyecto de ley sobre la corrupción en el deporte. Hace ya muchos años que la Serie italiana A se empeña en resolver los mismos problemas. El verano reciente, por ejemplo, varios jugadores de la selección nacional no viajaron al campeonato europeo de fútbol debido a que como consecuencia de escándalos de partidos arreglados estaban siendo investigados, indicaba Grigory Tvaltvadze:
—Italia es el país más corrupto en el fútbol, que durante décadas se ha visto remecida por escándalos de toda naturaleza. Pero ellos, a diferencia de muchos otros, han probado el carácter corrupto de unos u otros encuentros. Es posible que ello los faculte ahora para confeccionar tales listados.
Una revelación más de la clasificación publicada es la cantidad mínima de partidos arreglados en los campeonatos populares del Viejo Mundo. El fútbol en Inglaterra, España, Alemania y Portugal dejó de ser un simple deporte, para convertirse en un negocio colosal. Y resulta difícil admitir que nadie trate de lucrarse con ello. Es muy posible que allí hayan aprendido simplemente a tapar tales escándalos, considera el experto futbolístico Serguei Mikulik:
—Allí donde se manejan sumas colosales hay no solo estafadores, sino también personas decentes que valoran su reputación y honorarios. Y la persona que fue a dar a ese campeonato desea permanecer allí el mayor tiempo, y dejar tras de si un buen recuerdo. Es posible que no existan allí investigaciones tan rigurosas como en Italia, que todo se sepa por último y se resuelva entre sí. Una buena carrera puede verse truncada debido a una cantidad ocasional de dinero.
Valga destacar que la figuración en las primeras líneas de la escandalosa clasificación no ejerce una influencia ponderable en la suerte del campeonato de fútbol. No obstante el prestigio de Sportradar como agencia que combate tenazmente la corrupción, esta es tan solo una opinión particular. No está descartado que con su ayuda los italianos traten de presionar sobre su campeonato. La dirección de la Serie A trazó una serie de reformas para recuperar la popularidad: reducir la cantidad de equipos, reforzar la seguridad, modificar el sistema de las academias de balompié. Pero, para promover las reformas exitosamente es necesario demostrar que el estado actual de cosas no sirve para nada.
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