Durante un partido de liga, los seguidores de este club de fútbol portaron carteles en los que se podían leer: "el Beitar siempre será puro". De esta y otras formas mostraron los aficionados su firme rechazo a la decisión de la directiva del equipo de contar con dos musulmanes de origen checheno entre sus filas.
El club Beitar, bastión de la derecha política de Israel y uno de los equipos más fuertes de la competición nacional, tan solo en una ocasión había fichado a un jugador musulmán: el defensa de origen nigeriano Ibrahim Nadalla, que estuvo en el equipo brevemente en 2005 y se vio forzado a abandonarlo debido a las constantes amenazas recibidas desde la hinchada.
Durante el partido, la Policía detuvo a tres seguidores del Beitar bajo sospecha de incitación al odio y al menos uno de ellos tuvo que personarse ante un tribunal de Jerusalén el pasado domingo, informó el jefe de la Policía de Tel Aviv, Micky Rosenfeld.
La Asociación de Fútbol de Israel (IFA) anunció que tomará medidas disciplinarias contra el club. En un fallo contra el equipo hace un año, un tribunal de la IFA estableció que el Beitar de Jerusalén "no hizo un esfuerzo honesto para silenciar los cánticos racistas de sus aficionados".
"Imagínense lo que habría pasado si los clubs de fútbol en Alemania hubieran anunciado que un judío no puede unirse a sus equipos. Nosotros, el pueblo judío, que debemos liderar la lucha contra el racismo y el fascismo, que llevaremos las cicatrices de estos horrores en nuestro cuerpo durante generaciones, no podemos ni debemos quedarnos callados ante estas llamadas al odio", declaraba asimismo el pasado domingo el presidente del Parlamento israelí y algo cargo del partido gobernante, Reuven Rivlin, durante un evento internacional en Tel Aviv que conmemoraba el Día del Holocausto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario